Las enseñanzas de Don Juan... Realidad o ficción?

Hace ya unos años... serán 15... me encontré en una librería de Pasto, Colombia, un ejemplar de bolsillo de "las enseñanzas de Don Juan", de Carlos Castaneda, Castañeda según algunos ... Un texto, el primero de una serie, muy de moda por lo visto entre el movimiento New age de los 70... Un best seller de la época del que no había oído hablar en mi vida...

Me fijé en él por la curiosa ilustración de su tapa... Me llamó la atención... Un detalle banal, propio de la línea editorial del volumen, pero que me enganchó la mirada, como quien dice...

No sé si alguien ha leído ésta u otras obras de este relato por volúmenes... A mí personalmente me impactó, no tanto por el contenido del relato, que también, sino por la incertidumbre que rodea la figura de Carlos Castaneda, sobre su vida y persona, y, sobre todo, por la incertidumbre acerca de la veracidad de lo relatado en sus textos... Si fueron o no reales las experiencias, relatadas como ciertas, que Castaneda transcribe con una prosa magnífica... Y con una profundidad de detalles que, pese a lo transgresor y sorprendente del contenido, hace pensar que quizá fueran realmente ciertas o que, por el contrario, y como fruto de una imaginación y un talento narrativo extraordinarios, Castaneda fuera merecedor digno de un Pulitzer... Ahí queda...

Recuerdo el final de uno de sus legados. En este estaba sentado en un banco charlando con su maestro y podía percibir como sus progresos en el plano astral se volvían tan intensos que mezclaba el estar en el banco con pasar a otro estado de conciencia más relacionado con el sueño ren parecido a la síntomatologia positiva de la esquizofrenia. Me parecio una buena persona bastante inteligente y sabia que llegó a mezclar distintos estados de la vida practicando ( creo recordar que usaba la meditación entre otras cosas) las enseñanzas de una especie de tribu. Tenía un maestro que tenía la idea de que el universo era depredatorio y influyó en su modo de ver y entender la vida. Muy digno de leer, tendré que volver a verlo.